domingo, 20 de enero de 2013

OBSERVACIONES A UNA SERIE DE ARTÍCULOS DE DON FERNANDO BAÉZ EN TORNO A LA RELIGIÓN DEL PUEBLO GUANCHE.




OBSERVACIONES A UNA SERIE DE ARTÍCULOS DE DON FERNANDO BAÉZ EN TORNO A LA RELIGIÓN DEL PUEBLO GUANCHE.

"Primero te ignoran, pronto te desprestigian, luego discuten tus ideas y más tarde se las apropian".
Miguel A. Martín González.




Capitulo II


Chaurero n Eguerew


Religiosidad guanche

Don Fernando Báez inicia este artículo con una dedicatoria al insigne conmatriota canario don Antonio Cubillo Ferreira a quien considera defensor de la figura de Agustín. Suponemos que lo que el Sr. Cubillo destaca de la figura de Agustín de Hipona, es su condición de filósofo e  intelectual mazigio y africano. No como recoge Zanchio que se refiere a él (Agustín) como una de las cuatro patas que soporta la silla papal, o como apunta  Warfield “en él se encuentra la semilla de la cual sale el árbol que nosotros conocemos como Iglesia Católica Romana.” Por otra parte, no creemos que Agustín se considerase “canario” –titulo que le atribuye el Sr. Báez-, entre otras cuestiones porque a pesar de su indudable capacidad intelectual, dudamos que tuviera conocimiento de la existencia del Archipiélago Canario.

Y continúa el Sr. Báez:  “Si tenemos en cuenta, que antes y después de Agustín de Hipona, de Tegueste él, que de allí, sus coetáneos, vinieron antes y después del mismo lugar, a modo y semejanza del santo, conocedor y “padre del cristianismo”, al que sustenta poniéndole base filosófica, y siendo él unos de los (hermanos de sangre) guanches, de los que se dijo “ser los más inteligentes del mundo: los guanches”, ya traían una fe, antes de que el siglo XV, se la impusieran; pues al fin y al cabo, era la misma, si bien con reminiscencias y adaptación al estar un tanto desconectados de los continentes; de donde trajeron la mayor parte de la fe o credo que profesaban, que tenían y que expresaron en sus diversas  prácticas, y que nos la mostraron con una inquebrantable moral o ética.”

La verdad es que estos párrafos son bastante confusos para nuestro modesto saber y entender, pero vamos a tratar de desentrañarlos para ver si podemos arrojar un poco de luz sobre estos arcanos. En primer lugar trataremos un poco en torno a la figura de Agustín de Hipona.

Breve semblanza de Agustín de Hipona:
Agustín de Hipona, cuyo nombre completo es Aurelio Agustín, nació el 13 de noviembre del año 354, en Tagaste, región situada en Numidia, en el norte de África, hoy Souk Ahras, a unas 60 millas de Bona (la antigua Hippo-Regius).
Lugar que en esa época estaba en poder de Roma y que actualmente corresponde a Argelia. Su padre, Patricio, era funcionario civil uno de los decuriones de la ciudad, y adorador de la Diosa. (Falleció alrededor del año 371.)
Su madre, Mónica, posteriormente canonizada, era cristiana y ejerció una fuerte influencia en su hijo.
Agustín tuvo en su juventud una vida disoluta. Se dedica así a la diversión y a los placeres mundanos, deleitándose en las actividades sexuales.
Una vez instalado en Cartago donde debía seguir sus estudios, continuó con sus hábitos alternando sus estudios con variadas diversiones y continuos amoríos;  a los 19 años  llegó a compartir su vida con una joven concubina, con la que vivió quince años.
Vivió una enorme crisis moral, ética  e intelectual. En el  año, 373, Agustín y su amigo Honorato abrazaron la religión de los maniqueos. Agustín se dedicó a ella con toda la fuerza de su ser; leyó todos sus libros, aceptó y defendió todas sus opiniones. Su frenético proselitismo arrastró a su amigo Alipio, y a Romaniano, el amigo de su padre que fue su mecenas en Tagaste y estaba sufragando los gastos de estudios de Agustín.
No es de extrañar que el pensamiento de este autor se hallara en la difícil encrucijada del paganismo y cristianismo, hecho que, en un claro compromiso con la razón y la verdad, le llevó a abrazar distintas corrientes filosóficas (maniqueísmo, escepticismo, materialismo, y pelagianismo, escepticismo) hasta su definitivo encuentro con el neoplatonismo, comenzando así la asuncion por parte del cristianismo de la filosofía, fundamentos ideológicos, teología, ritos y doctrinas y festividades de las religiones “paganas” que hasta entonces había combatido a sangre y fuego.
Fue convertido al cristianismo en el 386 d.n.e., en Milán. Después que pasó seis meses cerca de Milán recibiendo instrucción Cristiana,  fue bautizado por Ambrosio con su hijo bastardo de la concubina llamado Adeato.
El estudio del neoplatónico Plotino producirá su definitiva conversión al cristianismo y el punto de partida de su filosofía: un cristianismo fuertemente platonizado.
Como filósofo y teólogo, fue el máximo exponente de la Patrística, Agustín de Hipona, utilizó el platonismo para fijar el dogma cristiano, contribuyendo inintencionadamente, a la difusión de la cultura griega. Agustín de Hipona falleció en 430 durante el asedio de Hipona, su sede episcopal, por los vándalos.
 “Si tenemos en cuenta, que sus coetáneos, vinieron antes y después del mismo lugar, a modo y semejanza del santo, conocedor y “padre del cristianismo”,…

Ignoramos si el Sr. Báez en estos párrafos pretende decirnos que los coetáneos, de Agustín vinieron a estas islas antes y después desde Tagaste a introducir el cristianismo. En relación a lo de “padre del cristianismo, teníamos entendido que este calificativo debería corresponder a Pedro o al recaudador de impuestos y fabricante de tiendas Pablo de Tarso, verdadero impulsor de cristianismo entre los gentiles (por lo que esta confesión religiosa debería llamarse paulismo), Agustín en todo caso sería “padre de la iglesia católica” a la que aportó la sincritización de la filosofía y teología paganas, con lo cual esta  iglesia comenzó a alejarse del cristianismo primitivo acercándose,  asumiendo y cristianizando parte de los panteones paganos griego y romano.

“los guanches”, ya traían una fe, antes de que el siglo XV, se la impusieran; pues al fin y al cabo, era la misma, si bien con reminiscencias y adaptación al estar un tanto desconectados de los continentes; de donde trajeron la mayor parte de la fe o credo que profesaban, que tenían y que expresaron en sus diversas  prácticas, y que nos la mostraron con una inquebrantable moral o ética.”

Don Fernando, entendemos según se deduce de estos párrafos que nuestros ancestros al habitar estas Islas eran portadores de la  fe cristiana antes de que se la impusieran en el siglo XV, y según usted “pues al fin y al cabo, era la misma,”…  ¿Quiere decir que nuestros antepasados ya profesaban el cristianismo antes de la invasión de los europeos? ¿Eran cristianos antes de que este movimiento religioso existiera? ¿El cristianismo se inspiró en la religión de los antiguos imazighen? ¿Cómo es esto posible?

Veamos don Fernando: Es un hecho asumido por la comunidad científica que el poblamiento de las Islas se realizaría en diferentes oleadas migratorias desde nuestro continente, aportando cada una de ellas grupos de pobladores que, con un mismo origen, conformarían diferentes estratos culturales con un denominador común.
Estimado Sr. Báez, permítanos otra digresión que consideramos de interés para el tema que nos ocupa, desde hace más de tres décadas nosotros venimos propugnando que las Islas están habitadas desde hace tres mil ochocientos años, pero como suele suceder en los pueblos cuya cultura es ninguneada y tergiversada en aras de un  etnocentrismo obnubilador, nuestros planteamientos fueron combatidos por no estar de acuerdo con las tesis sostenidas por los investigadores de salón auto erigidos en únicos interpretes de nuestra ancestral cultura, pero Nuestra Magné Chaxiraxi nos ha permitido ser testigos de cómo los modernos estudios sobre el particular nos ha venido a dar la razón. Ello ha sido posible gracias al trabajo de un grupo de científicos canarios que han optado por la honestidad en el planteamiento de sus estudios en torno a nuestra Historia antigua, divulgado el resultado de los mismos, a pesar de las presiones directas e indirectas ejercidas sobre ellos por el sector más conservador del estamentos cultural dominante en nuestra nación, creemos que merecen ser citados; Rafael Muñoz Jiménez; Francisco García- Talavera Casañas; Pablo Atoche Peña, Miguel A. Martín Gonzalez; Rafael González Antón, María del Carmen del Arco Aguilar; José Farrugia de la Rosa entre otros.

Hasta mediados del pasado siglo XX  los especialistas y arqueólogos de despacho sobre esta temática estaban de acuerdo en que los restos humanos y de hábitat más antiguos hallados por los arqueólogos en las Islas, se correspondían con el siglo I antes de la era occidental actual. Estudios posteriores a la luz de las prospecciones arqueológicas han ido haciendo retroceder en el tiempo el primigenio asentamiento de nuestros antepasados en estas Islas, barajándose fechas que oscilan entre los siglos III y VII de la era occidental actual. Fechas que a la luz de los estudios arqueológicos de las últimas décadas han ido retrocediendo.
En este aspecto es sumamente interesante un trabajo de la profesora y arqueóloga María del Carmen del Arco Aguilar y su equipo relativo al habitat guanche en el Menceyato de Icod de los Vinos en Tenerife. De dicho trabajo reproducimos algunos párrafos que consideramos de interés para el tema en cuestión, al tiempo que queda desmontada una de las tantas falacias históricas como es la de que las higueras en Canarias fueron introducidas por lo mallorquines: “Además, nuestros estudios paleocarpológicos han venido a señalarnos que en Don Gaspar se cultiva Vitis vinifera desde comienzos de la Era. Esta es una aportación fundamental pues se trata de un cultivo para el que toda la historiografía señala su introducción tras la conquista.
Aunque los restos identificados son es­casos, no se trata de un hallazgo aislado pues determinamos varias unidades en distintos niveles pertenecientes todos ellos a la secuencia de ocupación indígena. Indudablemente desde nuestra perspectiva estamos ante el mismo planteamiento que el expresado más arriba sobre el stock fundacional, el tipo de simientes y productos agrícolas con los que se planifica la colonización de la isla, y éste es un cultivo plenamente introducido en el Occidente Mediterráneo y N de África para las fechas del primer milenio a.C. que barajamos.”
En ese mismo sentido no debemos olvidar que otro de los cultivos, en el campo de la arboricultura, siempre relegado a su introducción postconquista o en manos de los navegantes mediterráneos del S. XIII-XIV (mallorquines) fue la higuera y que en la Cueva de Las Palomas los estudios antracológicos han permi­tido identificar carbón de Ficus carica desde el S. III a. C, hallazgo del que hoy podemos presentar su confirmación por similares determinaciones en la Cueva de Los Cabezazos (Tegueste).
Nosotros hemos dicho siempre: lógico, es otro de los cultivos mediterráneos bien implantados. Por lo tanto, debe estar en el paquete fundacional y, en ese sentido, nuestra hipótesis es que con probabilidad el espectro de cultivos se ampliará. Así, en el campo de la arboricultura, no nos resultaría nada extraño la determinación del olivo, el granado o de la palmera dactilífera.” (María del C. del Arco et al. 2000:193-4)

El profesor Rafael González Antón y sus colaboradores abordan el poblamiento de las Islas Titoreygatra y  Erbania desde el décimo milenio a mediados del terce­ro antes de la era actual:

 […] En ese marco de posibilidades, Zóller (Zóller et al. 2003), a partir de la observación de un hueso de ovicaprino, con datación  fallida, y median­te cronoestratigrafía comparada con dataciones por Termoluminiscencia, señala la presencia humana, fauna doméstica, en la isla de Lanzarote en un intervalo posible desde el décimo milenio (postquem) a mediados del terce­ro a.C. (ontec/uem).

Con anterioridad a los trabajos de Zóller, ya Onrubia et al. (1997) habían registrado en Fuerteventura, en unos depósitos fluviomarinos del Erbanense I del Bco., de la Monja, un radio de ovicaprino que se consideró datado relativamente por la cronología C14 de la malacofauna circundante en 4350±50 BP y 3960±70 BPs?, señalándose, además, que en Corralejo los mismos depósitos estaban datados en 3640+100 BP; y que la génesis del aporte fluvial por episodio de escorrentías se fecharía en Los Lajares en 3300± 00 BP. Si usamos cronología calibrada estaríamos moviéndonos en unas fechas entre finales del cuarto milenio y último cuarto del tercero AC. para las dos primeras (Bco. de la Monja) y hasta el último tercio del segundo milenio AC, para Los Lajares. Una parte pues de la secuencia cro­nológica del Bco., de La Monja se solaparía con las cronologías más cortas dadas en Guatiza.

 Sin duda, lo más interesante para lo que ahora nos ocupa es que se plan­tea la hipótesis de que los procesos erosivos observados en La Monja-Lajares pudieran ser resultado del impacto antrópico sobre la frágil cubierta insular y que sería factible relacionar con las ocupaciones humanas del Neolítico reciente de la cuenca costera de Tarfaya para una hipotética arribada poblacional a las Canarias orientales (Onrubia et al. 997:369). Aspecto que, de forma paralela, defiende F. García-Talavera (1997) a partir de la identifi­cación de industria lítica en la zona de La Pared (Fuerteventura) y que rela­ciona con las posibilidades de un poblamiento humano durante los episodios de regresión marina.” (Rafael González Antón et al. 2009:27-28)
Le suponemos informado de que un equipo científico interdisciplinar dirigidos por el profesor Pablo Atoche Peña, esta estudiando uno de los yacimientos arqueológicos más significativos del momento. Es una estructura de unos100 metros cuadrados, como el más antiguo establecimiento al aire libre localizado hasta el presente en todo el Archipiélago canario,
Las dataciones del carbono 14 (C14), para este yacimiento de una estructura al aire libre en Teguise, realizadas en los laboratorios Beta Analytic Inc., de Florida (USA), retrasan el primer poblamiento de Lanzarote al siglo X a.e.a., una circunstancia que permite relacionar los hallazgos producidos con la presencia en las islas de navegantes procedentes del Mediterráneo antiguo; primero fenicio-púnicos y más tarde romanos, los cuales dejaron significativos restos de su paso por la Isla en forma de estructuras constructivas, elementos cerámicos (ánforas y otros recipientes), objetos metálicos de cobre, bronce y hierro o avalorios vítreos.

Don Fernando realmente cree usted que durante todo este proceso de poblamiento de nuestras Islas es aplicable su afirmación:  “Por lo que precede, le aparece a uno, que es absurdo, buscar otras manifestaciones ancestrales en los guanches, cuando ya venían previamente catequizados o proto-evangelizados. Razones éstas, por las que no hubo choque entre la fe que profesaban, y la que les traían castellanos y otros. Todo lo que pase de ahí, son puras falacias, y ganas de echar balones fuera, haciendo un flaco servicio a la verdad, y a la Historia.”  ¿Qué verdad? ¿Qué historia? ¿Qué falacia? ¿Catequizados antes de que existiera el cristianismo y mucho menos el catolicismo?

¿Cree usted que no hubo choque entre la fe que profesan nuestros ancestros y la católica que portaban los invasores europeos? ¿Por qué se obligaba a nuestros ancestros guanches a ser bautizados por el rito católico para evitar ser vendidos como esclavos en los mercados de Valencia y Sevilla? ¿Por qué el clero católico participo de este comercio? ¿Por qué muchos templos católicos en las Islas fueron construidos con el importe de la venta como esclavos de nuestros antepasados? ¿Porque la Inquisición española en Canarias tenía un padrón secreto de las familias notables guanches?  ¿Por qué las sacerdotisas y sacerdotes de la Iglesia Guanche fueron demonizados y perseguidos por el catolicismo?

Don Fernando, existen diez mil  “Porque” más que dejamos en el tintero.
Como usted debe saber el cristianismo, fue introducido en África del Norte en el siglo I y se extendió al Sudán y las regiones etíopes en el siglo IV. El cristianismo sobrevivió en Etiopía gracias a la iglesia Copta de rito alejandrino, pero en otras zonas fue sustituido por el islam.
Por otra parte, en la actualidad cerca del 15% de los pueblos africanos practican religiones animistas o locales. Aunque existe una gran variedad, tienden a tener una única Deidad   creadora y varios espíritus subordinados -espíritus de la naturaleza que habitan en los árboles, el agua, los animales y cualquier otro elemento o fenómeno natural- y espíritus ancestrales, como los fundadores de la familia, el linaje o el clan -que influyen en la vida diaria.
Don Fernando, con lo hasta aquí expuesto queda demostrado lo absurdo de sus infantiles planteamientos de una supuesta cristianización pre-colonial del pueblo guanche, y como le decíamos en las observaciones anteriores no trate de hacer comulgar a esta sufrida sociedad con piedras de molino.

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