sábado, 20 de abril de 2013

AMAWUAL N TMAZUT TATRAR (TASBEYUL-TAMAZIIT)





INTRODUCCIÓ

Hoy en día no existen dudas de que la lengua que se hablaba en las is­las Canarias en la época de la Conquista era la berber". Esta afirmación, que aparece en un notable trabajo publicado en 1987 en París (1), no puede ser más categórica. El autor del mismo, el profesor Werner Vycichl, es un prestigioso lingüista que ha estudiado diversos dialectos árabes y mazigios y que colabora, sobre todo para establecer las etimologías de las palabras, en el gran diccionario copto que desde hace años se prepara en la Universi- • dad de Ginebra.

En 1952, en su Introducción al estudio de la lengua y de la historia ca narias, publicada en la Revista de Historia de la Universidad de La Laguna, el mismo autor señalaba que "la lengua de los antiguos canarios fue beréber, como ya lo vio Abercromby. D. J. Wolfel modifica esta opinión diciendo que los restos lingüísticos canarios en una buena parte no son beréberes, a lo que se opone con razón O. Rossler. Después de haber examinado el presente trabajo no se admitiré ya que aquí existían restos lingüísticos no influidos por las olas culturales y étnicas que han pasado por África del Norte desde hace más de 3000 años".
De que la lengua de nuestros antepasados canarios era la tamazivt -esto es, la berber- empezó a vislumbrarse a mediados del siglo pasado, cuando, en pleno período de la conquista militar de Argelia por los franceses, se ini­ciaban los estudios mazigios. Ya en 1887, en su Manuel de langue Kabyle (dia_ léete zouaoua), el célebre orientalista Rene Basset, profesor de la Escuela Superior de Letras de Argel, indicaba al referirse a la división de la tama-zi'yt en diversos dialectos, que "uno de ellos se extinguió en los tiempos mo^ dernos, el guanche, que los españoles encontraron en uso en las Canarias en el momento de la conquista". Este mismo autor, al referirse en su Rapport sur les études berberes et haoussa (1891-1897) al ensayo del marqués de Bute Sobre la antigua lengua de los naturales de Tenerife -texto publicado recien teniente por el Instituto de Estudios Canarios-, decía que su autor "ha toma­do por base la obra del señor Chil y Naranjo, y sus conclusiones, claramente formuladas contra el parentezco del guanche con las lenguas americanas, son menos seguras para otros. Una comparación más precisa y más extensa con los dialectos berberes habría permitido al autor señalar analogías fonéticas y lexicográficas más numerosas que las que ha citado".
Las conclusiones, ya definitivas, de los lingüistas de que la lengua de los antiguos canarios no era otra que la tamaziyt, confirman las opiniones de los autores del siglo XVI que más datos nos proporcionan sobre la lengua y las costumbres de nuestros antepasados berberófonos. A finales de dicho sí_ glo, a una centuria de concluida la conquista de nuestro septenario país por los españoles, uno de éstos, el dominico fray Alonso de Espinosa, era de la opinión de que los canarios "son africanos y de allá [de nuestro continente] traen su descendencia, así por la vecindad de las tierras, como por lo mucho que frisan en costumbres y lengua, tanto que el contar es el mismo de unos que otros" (2).
Otro hijo de Iberia, el franciscano fray Juan de Abréu Galindo, escribía por la misma época en su Historia de la conquista de las siete islas de Cana ria refiriéndose a la procedencia de nuestros antepasados aborígenes: "(...) También me da a entender hayan venido de África, ver los muchos vocablos en que se encuentran los naturales destas islas con las tres naciones que había en aquellas partes africanas, que son berberiscos y azanegues y alárabes".
Por su parte, el caballero inglés Sir Edmund Scory, que a finales del si^ glo XVI visitó Tenerife, dejó escrito que "la lengua de los antiguos guan­ches (que se conserva hasta este día entre ellos en esta isla en su pueblo de Candelaria) se asemeja mucho a la de los moros de la Berbería".
Coetáneo de los tres últimos autores citados, el azores Gaspar Frutuoso nos proporciona también, en sus Saudades da Terra, interesantísimas noticias acerca de la lengua y las costumbres de los antiguos canarios. En la mencio­nada obra, Frutuoso recoge las informaciones que un natural de la isla de Ca_ naria llamado Antón Delgado facilitó a un azores que durante muchos años ha­bía residido en Tenerife y cuyo nombre era Antón Martins: "(...) porque yo entiendo tres lenguas, a saber, la de Canaria, la de Tenerife y la de la Go­mera, y todas se parecen mucho a la lengua de los moros. Y aún decía Antón Delgado que bien podía esto ser así, pues los canarios tienen todas las mane_[…]

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