sábado, 13 de abril de 2013

LAS PALABRAS COLONIZADAS




 
Josefa Falcón Abreu
Si nos ponemos a observar la forma de hablar que la mayoría de nuestra gente canaria tiene hoy en día, nos damos cuenta de lo mucho que ha cambiado nuestra habla canaria, de lo poco que va quedando de nuestro sabor, de nuestra dulce e inigualable forma de hablar, de todas esa palabras que nos fueron dadas por nuestros antepasados y que pocos ya usamos. Se han ido cambiando por otras más comunes en todo el mundo y, sobre todo, hay muchos americanismos y voces inglesas que se han ido introduciendo poco a poco y que han desbancado a nuestra habla, a nuestras palabras de toda la vida. Aún es frecuente escuchar algunas de esas palabras nuestras entre la juventud, que son quienes más se han decantado por otras expresiones, la más corriente y que también yo suelo usar mucho es la de: ¡chachooo…! ¿No me digan que no es una palabra cariñosa y tierna? ¿chacho, tú qué? Cuánto podemos decir con esas tres palabras…es una expresión muy nuestra, exclusivamente nuestra. Si seguimos buscando expresiones en nuestra forma de hablar, cuanto más no nos sabe decir a alguien que hace algo mal “cacho rebenque” antes que pedazo de inepto, guanajo antes que atontado, machangada antes que payasada, y el famoso ¡chooosss! Que expresiva puede llegar a ser esa exclamación tan simple, encierra un mundo de expresiones ante algo sorprendente, o el decir “Ay meria” cuando nos parece que una persona está exagerando o ante algo que no se atreve a hacer, pues eso… son parte de esas palabras, de esas expresiones que solemos decir aquí, que forman parte de nuestra forma de hablar, y que conste que no son vocablos guanches ¡ojalá lo fueran! ¡ojalá conserváramos muchas más expresiones de la lengua guanches! ¡ojalá no nos hubieran arrebatado esa preciosa y añorada lengua! Pero si son expresiones antiguas, heredadas de nuestras generaciones pasadas y nunca, nunca las deberíamos perder. Y ya, para rematar la faena, vamos con este amasijo de palabras que he recogido del libro Natura y Cultura de las Islas Canarias:
“A dispués que estuve engoruñado junto a la fogalera, cayó un chaparrón que me dejó enchumbado. Pesqué fuerte costipado que me cambó el espinazo, dejándome petudo.

Tenía la voz fañosa, me dolía el payo, no podía escarrancharme y con la tontura que tenía, pisé una bosta y del resbalón fui a parar al entullo, donde de un mal jeito se me esnuncó la cañota”.
Y bueno, así acabamos por hoy…Buen día amigos…
13-4-2013

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